Sumo

Mi primera pieza premiada

Sumo fue una de esas ideas que llegaron para quedarse.
Nació en mi taller de Argentina, trabajada a mano con maderas recuperadas, y desde el principio tuvo algo especial: esa mezcla entre objeto amable y pieza contundente que siempre busqué en mis diseños.

Me acompañó durante un proceso muy importante de mi carrera. Mientras la desarrollaba aprendí a equilibrar forma, escala y función sin perder el carácter artesanal que me identifica. Cada Sumo debía ser único, pero reconocible; distinto, pero parte de la misma familia. Ese equilibrio fue siempre el desafío —y también lo más lindo de hacerla.

Con el tiempo, Sumo se convirtió en mi primer producto distinguido con el Sello de Buen Diseño Argentino, y más adelante viajó a Maison&Objet París, donde se mostró por primera vez fuera de mi país. Para mí fue un antes y un después.

Hoy la acompaña su versión Gran Sumo y Sumo de pie, que amplían su presencia y mantienen el espíritu de la pieza original: simple, cálida y hecha con intención.

Sumo no es solo una lámpara.
Es la lámpara con la que empezó todo.