Roger

Portátil, funcional y liviana

Roger nació de una necesidad muy simple: superarme. Ir un poco más allá de lo que ya sabía hacer.

A primera vista parece una lámpara sencilla. Pero detrás de su forma mínima hay un proceso largo, obstinado, casi artesanal en lo técnico.

Cuando empecé a desarrollarla, lo único portátil e inalámbrico que existía en Argentina eran productos importados. En diseño local, no había nada parecido. Y yo quería cambiar eso.

Mis primeros prototipos funcionaban con placas electrónicas estándar; resolvían algunas cosas, pero no todas las que necesitaba para Roger.
Quería que fuera liviana, estable, con buena autonomía, y que su luz acompañara —no que encandilara.

Durante meses trabajé junto a un equipo de ingenieros electrónicos para crear, desde cero, una placa que hiciera exactamente lo que imaginaba. Lo que queríamos, como lo queríamos.

Lo logramos.
Después de tanto tiempo, Roger se convirtió en lo que había soñado: una lámpara portátil y noble, pensada para acompañar cualquier momento.

Fue la primera lámpara inalámbrica, de diseño y fabricación 100% Argentina.

Y Roger fue Sello Buen Diseño Argentino. Roger fue finalista en la Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid, representando al Diseño Argentino…y ROGER ME LLENA DE ORGULLO.